La Columna en Pulso Político
Luis Roberto Rodríguez
En los últimos meses, el
Fiscal General del Estado, Uriel Carmona Gándara ha generado un manto de protección
para evitar su destitución, si bien es cierto diversos actores políticos y
sociales exigían su renuncia por su estrecha relación con el exgobernador,
Graco Ramírez, ahora de manera repentina guardan silencio e incluso mantienen
una estrecha relación de amistad.
Al inicio de la presente
legislatura local y del gobierno de Cuauhtémoc, diputados de todos los partidos
políticos, dirigentes partidistas y organizaciones de profesionistas levantaban
la voz para limpiar a la Fiscalía y deponer a los fiscales impuestos por Graco
Ramírez para su protección ante la corrupción y desvío de recursos durante su
administración.
La clave del olvido repentino
o de la pérdida de memoria de estos actores, está en la famosa autonomía de la
Fiscalía General de Justicia, administrar más de 600 millones de pesos, le ha
permitido a Uriel Carmona Gándara convertir la dependencia en una tienda de
raya, es decir, cada quincena de manera puntual, los ex opositores al notario con
licencia pasan a cobrar entre 10 y 20 mil pesos (como si fueran trabajadores)
para guardar silencio de la corrupción, el trafico de influencias e impunidad.
En la lista de raya (que
está en poder de Pulso Político), aparecen nombres de personajes que se dicen
incorruptibles, funcionarios de los poderes legislativo, judicial y miembros
destacados de organizaciones de profesiones a quienes incluso les otorgó plazas
administrativas dentro de la institución.
Así que el destino de Uriel
Carmona está marcado, mientras siga manteniendo a sus 20 protectores con dinero
y plazas, concluirá su administración de seis años, enriqueciéndose y despreciando
las órdenes del gobernador del estado, Cuauhtémoc Blanco y acatando lo que le
dicta Graco Ramírez Garrido, quien aun mueve la cuna de la Fiscalía General de
Justicia.
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